Empresas de Familia
Lo primero que debe hacer una empresa que se autodenomina “Familiar” es que cada miembro clave de la/s familia/s respondan con convicción a la siguiente pregunta:
¿quiero tener una empresa con mis familiares actuales?
Hace más de quince años atrás, asesorando a un grupo de empresas con más de 500 empleados, perteneciente a varias familias que estaban interesados en armar un protocolo de familia, nos encontramos con el obstáculo central que remite a esta pregunta base.
Ocurrió que luego de varias reuniones uno de los miembros claves, perteneciente a la segunda generación y próximo a retirarse, supuestamente involucrado en el armado de éste documento “nos confesó” que realmente le resultaba indistinto quiénes fueran sus socios, es más dijo, preferiría que fuera cualquier otro socio con mayores “espaldas” financieras. Este caso, similar a muchos otros, muestra que hay empresas que se dicen familiares simplemente por la herencia de haber sido fundadas por hermanos, primos o padres e hijos, pero luego de una o más generaciones, esto queda reducido a un rótulo vacío de contenido que sólo sirve para confundir el día a día. Aunque la respuesta a la pregunta de arriba no sea la esperada por alguno/s de los miembros de la familia, es clave para evaluar dónde se está HOY y a partir de allí proyectar el rumbo futuro.
El caso citado es muy elocuente, poco tiempo después a clarificar esa pregunta, esta potente empresa que hoy sigue operando dejó de pertenecer a las familias fundadoras y pasó a ser una nueva empresa familiar (con un solo propietario) que en la próxima generación tal vez deba hacerse la misma pregunta antes de considerarse empresa de familia.
Claro que este final hubiese sido otro si en la generación anterior hubiesen definido y documentado al menos:
- Sus órganos de gobierno,
- las pautas para el manejo del paquete accionario y
- las reglas de acceso a familiares a los puestos de gestión del día a día
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